BUENOS AIRES.- Independiente regresó a Primera División. Nadie podrá quitarle a sus hinchas, principalmente, jugadores y cuerpo técnico la alegría y el derecho lógico al festejo prolongado y ruidoso. Pero ese ascenso, para el espectador neutral, nada tendrá que ver con una hazaña, o como el punto final de un camino planificado con inteligencia, y transitado con tranquilidad hacia la conquista del gran objetivo.

Independiente fue un equipo vacío de juego, y plagado de errores, que tuvo al sufrimiento como común denominador y la ayuda de afrontar un campeonato mediocre en el cual sólo Banfield y Defensa y Justicia mostraron algo distinto.

Es más, este partido decisivo ante Huracán fue la síntesis de la temporada del “rojo”. Lo sostuvo ese gran arquero que es Diego Rodríguez, la ineficacia del adversario para pegarle el golpe de nocaut, y una grosería del árbitro Diego Ceballos. Una grosería tan grande como el estadio platense. Ceballos sancionó un fuera de juego inexistente a instancia de su asistente Gustavo Esquivel, quien levantó la bandera ante una jugada de Ramón Ábila -estaba mínimo un metro habilitado- que había terminado en gol. Era el 1-1, el empate del “globo” que emparejaba la historia luego de sentir el golpe del tanto de Martín Zapata tras un primer tiempo manejado por el “rojo”. Después del acto fallido del juez, Huracán intentó encontrar la paridad. No le alcanzó porque Francisco Pizzini sepultó su destino ya sobre el cierre del encuentro.

Independiente logró el ascenso, ahora deberá afrontar su refundación. No será sencilla si ahora con el equipo en Primera no se terminan las “internas” que tanto dolores de cabeza le provocaron en el peor momento de su historia.

Muertos, jamás

El zaguero y caudillo Cristian Tula enfatizó: “es algo que siempre quisimos lograr. Lamentablemente, por las cosas que nos ha tocado vivir, luchamos contra todos. Solo nosotros y nuestras familias sabemos lo que sufrimos. Nos veían en un cajón y nos daban por muertos”. Con lágrimas en los ojos, y mientras festejaba con sus compañeros en el Estadio Ciudad de La Plata, el zaguero se desahogó. “Nosotros no podíamos hacer otra cosa que dejar a Independiente en Primera”, remató.